El siguiente es un cuento que habla de esperanza, de confianza, de perseverancia, de paciencia, de tenacidad, de espera pero también de trabajo, de construirnos bases firmes, de estudiar y prepararnos para lo que vendrá….
Los agricultores, aquellos que llevan años sembrando, saben bien lo que necesitan para una buena cosecha: una buena semilla, abono, agua en las medidas justas, y paciencia.
¿Crees que a algún agricultor se le ocurriría pararse junto a las semillas que acaba de plantar y gritarles:
_ ¿Qué os pasa? ¡¡Creced malditas!! ¡¡Dense prisa que quiero recoger la cosecha ya!!
No, claro! El agricultor, conoce que su esfuerzo, su cuidado, su constancia, serán recompensados cuando llegue la estación de la recogida. Eso debemos aprender los impacientes, los ansiosos, a no gritarnos a nosotros mismos esperando resultados, que se producirán, como fruto de nuestro trabajo y nuestra paciencia, no de nuestros gritos!!!
¿Conoces el Ciclo del Bambú?
Esta es ciertamente una siembra no apta para impacientes! El bambú japonés ha de sembrarse, abonar la tierra y ocuparse de regarlo constantemente.
Si no conoces su ciclo, al ver que durante los primeros meses no sucede nada sobre la tierra….probablemente te desilusionarías, es más… no sucede NADA durante los primeros 7 años!!! Quien no conoce su ciclo, bien podría pensar que esas semillas no valían para nada.
Sin embargo, luego de esos 7 años, y en tan solo 6 semanas, el bambú japonés crece sin parar, ¡hasta una altura de más de 30 metros!
¿Acaso tu dirías que tardó solo seis semanas en crecer? Claro que no. Desde el momento que fue sembrado, tardó 7 años y seis semanas en desarrollarse y mostrar todo su esplendor.
Maravillosamente, los primeros 7 años, el bambú los utiliza para crear un conjunto de complejas raices, fuertes y capaces de ser la base de su crecimiento a partir del 7º año.
¿Sabes tú el ciclo de la semilla que has plantado?
¿Te impacientas esperando YA la cosecha, sin darle su tiempo?
¿No crees necesaria la formación de una base sólida para tu posterior crecimiento?
El éxito se encuentra en nuestro interior, y éste, necesita tiempo para formarse. El triunfo o la consecución de aquello que nos proponemos es un proceso que lleva su tiempo y dedicación, que exige aprender nuevos hábitos, obligándonos a deshacernos de otros, un proceso finalmente que exige cambios y transformaciones, acciones y grandes dotes de paciencia.
Mathama Ghandi afirmaba : “Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado”
Así como el bambú requiere perseverancia, lo mismo ocurre en la vida.
Tiempo al tiempo.
Si no consigues lo que esperas, y cultivas día a día la paciencia y el esfuerzo en tu jardín, quizás solo estés echando raíces para luego crecer con fuerza.