Hay diferentes teorias que explican el proceso evolutiva de los menores. Piaget és uno de los psicólogos que ha estudiado y elaborado una teoría evolutiva.
En sus estudios Piaget notó que existen periodos o estadios de desarrollo. En algunos prevalece la asimilación, en otros la acomodación. De este modo definió una secuencia de cuatro estadios «epistemológicos» (actualmente llamados: cognitivos) muy definidos en el humano
ETAPAS DEL DESARROLLO COGNITIVO
Para Piaget no todos los adultos alcanzan la etapa de las operaciones formales, ya que este logro está condicionado por la herencia específica y la herencia general.
Sin embargo en todas las etapas, aunque varíe el contenido, el modo de funcionamiento es el mismo. Las variables Adaptación y Organización son las que permiten superar la herencia Específica. Para Piaget no existe inteligencia al nacer y el desarrollo va de lo simple a lo complejo.
Las edades cronológicas ubicadas en cada uno de los estadios son aproximadas y hoy en día cada vez más va variando, no la construcción y evolución de la inteligencia y el conocimiento sino en que momento y frente a que estímulos, motivaciones y entornos socio – económicos – culturales se encuentra el niño
Periodo Sensorio – Motor
Al nacer, el ser humano se enfrenta con un nuevo medio, muy distinto al que vivió durante nueve meses. Desde ahora deberá relacionarse con objetos externos reales: personas y cosas, para satisfacer sus necesidades y poder sobrevivir. El bebé al nacer vive en un estado de indiferenciación, entre yo- no yo, entre él y su madre, entre él y el medio. Es decir que tiene dificultades para captar sus propios límites, esta característica es denominada por Piaget como egocentrismo físico. Para superar esta característica deberá desarrollar un paulatino proceso de diferenciación entre sí mismo y lo que lo rodea.
Para enfrentar esta tarea de reconocer sus límites, satisfacer sus necesidades y conocer el medio que lo rodea, el niño cuenta- desde su nacimiento- con reflejos: que son conductas básicas, simples, innatas e involuntarias. Por ejemplo el reflejo de succión, de prensión, etc. La repetición de estos reflejos responde a dos causas básicas, el cumplimiento de necesidades fisiológicas y la satisfacción del placer: Por ejemplo el niño succiona para alimentarse o por el placer que le causa chuparse su pulgar. A partir de estas actividades los reflejos comienzan a trasformarse en esquemas de conocimiento, es decir en patrones de conducta que le permiten explorar al mundo y saber de él.
La consecuencia de esta repetición de esquemas construidos a partir de los reflejos,es la aparición de hábitos de conducta, que Piaget denomina reacciones circulares; las cuales se construyen a partir de la coordinación de dos o más esquemas, que inicialmente se construyeron en forma independiente.
Estas características nos muestran como el bebé va descubriendo el mundo que lo rodea, de un modo sensorial y motriz, actividad que trae como consecuencia reconocer sus límites físicos y constatar que es un sujeto entre sujetos y objetos. Tanto la descentración yoica (salir del propio yo), como sus conocimientos iniciales del mundo se efectúan a partir de acciones sensorio- motrices, por ello hablamos de que en este período el bebé posee una inteligencia práctica.
Periodo pre – operatorio
En este período el niño dispone de dos posibilidades fundamentales en su desarrollo intelectual: reconocerse diferenciado de los otros y poder tener un bagaje de representaciones internas de todas las acciones que a ejercido.
Esta posibilidad de representar y de representarse es denominada por Piaget:
Función Simbólica: Desde los dos años hasta los siete se transforma la inteligencia para prolongarse en pensamiento propiamente dicho.
Existen cinco manifestaciones de esta capacidad de simbolizar: el lenguaje: a través de la palabra, el Juego: a través del gesto, el movimiento, el uso de objetos, etc, la imitación: a través del gesto, la palabra, el sonido, el dibujo: a través de la expresión gráfica, y la imagen mental: a través del recuerdo (estas manifestaciones de la función simbólicas serán ampliadas a lo largo del módulo).
Ante estas dos novedades el niño vuelve a reaccionar de manera egocéntricas ya no en el plano sensorio- motriz sino que su egocentrismo es básicamente emocional y repercute en el plano social y en sus pensamientos.
A consecuencia de su egocentrismo cuando un niño de este período piensa acerca de determinado tema, no desarrolla un tipo de razonamiento ordenado y jerarquizado como el de los adultos. Su tipo de razonamiento es diferente y Piaget lo denomina: transductivo. Este se caracteriza por la asociación de elementos particulares, que no guardan una relación lógica y necesaria entre sí. El razonamiento transductivo tiene dos manifestaciones el sincretismo, que se da cuando el niño evidencia que sólo ha podido captar un sólo aspecto de una realidad o totalidad y desde allí la explica (ej. Si se le pregunta a un nene ¿qué es ser grande? El niño puede contestarnos que es ser alto o ser gordo) y la yuxtaposición que se caracteriza por un conglomerado de ideas que no guardan un enlace lógico entre sí (ej. en el discurso de un niño podemos oir: » mascaretas conglomerando, máscaras con caretas).
Es muy común en este período que el niño comience a preguntarse y a preguntar sobre las causas de las cosas. Cuando intenta construir una respuesta lo hace desde estas características de pensamiento, por lo cual hablamos de una pre-causalidad, ya que no puede establecer una relación de causa – efecto desligada de su egocentrismo.
Las manifestaciones de la pre – causalidad infantil son:
· Animismo: dar vida a los objetos (ej. la muñeca me dijo anoche).
· Muy relacionado con este aparece el Dinamismo: otorgar movimiento a los objetos (ej. la luna me siguió anoche cuando íbamos en el auto).
· El Artificialismo: creación de todo lo existente a través de un agente causal, ya sea el hombre o Dios (ej. Dios hizo el teléfono o los hombres construyeron las montañas).
· El Fenomenismo: que se refiere a la forma de explicar los sucesos de la naturaleza (ej. Llueve porque hoy estoy triste).
· El Finalismo: alude al para qué son las cosas existentes y siempre hacen referencia a una postura egocéntrica (ej. mi papá trabaja para comprarme caramelos).
· El Realismo que consiste en atribuirle vida a las manifestaciones psíquicas: sueños, afectos, pensamientos, etc. (ej. a la noche cuando me duermo, los sueños me salen debajo de la almohada).
Como vemos el papel del egocentrismo es fundamental en los pensamientos de esta etapa y repercuten, como dijimos, en el plano afectivo y social. Es por eso que el niño busca por todos los medios afirmarse e imponerse sobre los demás. Ello se evidencia en su lenguaje (monólogo colectivo), en sus juegos ( solitarios y paralelos), en su conducta negativista (aparece el no como respuesta injustificada).
Estas características van cediendo paulatinamente, dando paso a una progresiva socialización y descentración en nivel de pensamiento.
Periodo operatorio concreto
En este período el niño logra efectuar acciones que no se reducen al plano práctico, sino que son interiorizadas gracias a la posibilidad de pensar, que ha conquistado en la etapa anterior. Es decir que ahora puede efectuar acciones mentales a las que Piaget denomina: operaciones. Para que ellas se reactiven el chico debe realizar una manipulación de los objetos e inmediatamente reflexionar sobre lo hecho.
Esta operación ejerce a tiene la característica de ser reversible: es decir que el sujeto puede volver mentalmente al punto de partida; es decir al estado previo a que se efectuara la acción que las transformara. Es por eso que se denomina a este período operatorio concreto.
Dadas estas características es fácil comprender que el tipo de razonamiento que en esta época puede realizarse es de carácter inductivo: es decir que va de situaciones particulares a generalizaciones.
En este período gracias a su creciente socialización el niño ha logrado establecer categorías de organización de la realidad cada vez más complejas, pudiendo compatibilizar sus ideas con las ajenas. Esto explica la posibilidad de comenzar a manejarse no solo a través de símbolos – que se caracterizan por las particularidades que desea imprimirle quien los inventa- sino a través de signos – que se caracterizan por ser generales y convencionales. Todo esto evidencia un gran esfuerzo de adaptación al medio que favorece el inicio en la construcción de la lecto-escritura y la sistematización de estos aprendizajes.
Las operaciones lógicas elementales que el niño es capaz de realizar en esta etapa son: la clasificación, la seriación y la correspondencia término a término. Estas se han ido construyendo en el período anterior y ahora se hallan en su etapa de consolidación. La clasificación permite que el niño reúna varios elementos según un criterio. En este nivel puede lograr una clasificación jerárquica – establecer una serie de subconjuntos, hacer inclusión de clases e intersección de clases. La seriación posibilita realizar una relación de orden de los elementos según un criterio o de acuerdo a un atributo que posee (graduación de color, orden de mayor a menor, etc). La conservación permite que el niño pueda asegurar que existen las mismas cantidades de sustancia, peso, volumen y longitud, a pesar de las transformaciones espaciales que el pueda percibir, y que realmente no interfieran con la cantidad. Estas cuatro nociones se van construyendo a lo largo del período. La correspondencia término a término permite comparar dos conjuntos estableciendo una conexión entre los miembros de un conjunto con los de otro; ej: A cada nene del grupo del los chicos le corresponde uno de los juguetes del conjunto donde están reunidos.
En este período las relaciones causales son más lógicas y reales debido a que el chico ha logrado una mayor adaptación a las convenciones y posee más información. A demás contribuye a su desarrollo emocional ya que existe un mayor dominio de las fantasías, deseos y temores. Ya no evidencia actitudes negativistas o de conquista, sino una necesidad de actividad productiva. Puede cooperar socialmente sin temer a confundir su propio punto de vista con el de los otros, ahora es capaz de coordinarlos. Esto se evidencia en sus juegos y en su lenguaje. Estos avances favorecen su necesidad de saciar su creciente curiosidad intelectual.
Periodo operatorio formal
Piaget describe un cuarto período en el desarrollo de la inteligencia, al que denomina Operatorio Formal que comienza aproximadamente a los 12 años consolidándose alrededor de los 18 años. La estructura de este tipo de pensamiento se construye en este período y se mantiene a lo largo de la vida, con la posibilidad de ser cada vez más equilibrado. (Dicho estadio se desarrollará en el primer módulo correspondiente a adolescencia en la cátedra de Psicología Evolutiva II).