Como os podéis imaginar, las personas con dependencia emocional tienen una autoestima baja y se ven a sí mismos de forma negativa. Esto lleva, de nuevo, a tener una mayor necesidad de buscar soporte y cariño en los demás. Dicho en otras palabras, para estar bien necesitan que los demás estén bien con él o ella.
Un hecho que resulta llamativo es que, generalmente, el dependiente emocional busca parejas dominantes, de carácter fuerte, más bien egoístas y egocéntricas, desconsideradas, posesivas e incluso déspotas, capaces de llegar al maltrato físico y/o psicológico, a las que idealizan en extremo. Se vive por y para la pareja.
Pero para analizar el cómo se ha llegado a esa situación, cómo se puede salir, veamos la siguiente clase que incluye un TEST para saber en qué porcentaje somos dependientes emocionalmente:
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Ahora que hemos visto la clase, podemos entender que el afectado, a pesar de que reconoce este maltrato y desconsideración, no puede dejar de estar enganchado. Es capaz de pedir perdón, incluso, por cosas que no ha hecho, con tal de que su pareja “lo quiera” y esté contenta. La llenaran de regalos y atenciones y prácticamente vivirán alertas a los gestos de la pareja para que esté contenta en todo momento.
Pero… la realidad es que, con la única persona con la que pasamos toda nuestra vida es con nosotros mismos. Por lo tanto, es fundamental basar nuestro bienestar en buscar nuestra propia aprobación y no la de todos los demás. ¿Qué quiero decir con esto? Que es importante que la primera persona a la que intentamos agradar con lo que hacemos sea a nosotros mismos.
Recuerda que si en algún momento tienes alguna pregunta, tanto a nivel de las clases, como de psicología personal, puedes ponerte en contacto conmigo desde la pestaña soporte.
«Cuando me amé de verdad comprendí que, en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto, en la hora correcta, y en el momento exacto, y entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso tiene un nombre… Autoestima». Charles Chaplin.