“Cuando crees realmente en ti mismo, no hay nada que esté fuera del alcance de tus posibilidades”. Wayne Dyer.
Los padres son el primer modelo para la personalidad del niño, que aprenderá por imitación de éstos sus primeras conductas. Además, son la fuente de sus sentimientos de seguridad y aprecio. Por ello los padres han de ser los primeros en evaluar y aceptar a su hijo tal y como es, sin dejarse influir por sus miedos y deseos, para empezar a fomentar la autoestima de sus hijos.
Algunas formas para conseguirlo:
- Reconociendo sus cualidades y ayudándoles a darse cuenta de ellas.
- Comprendiendo sus conductas en la situación en la que se den.
- Ayudándole a cambiar las conductas que sean negativas para él.
- Aceptándole y permitiéndole que desarrolle y exprese su personalidad.
- Reforzándole cada vez que consiga un logro o se esfuerce por ello.
- Teniendo cuidado de no intentar moldear al niño según lo que nos gustaría que fuera.
Es esencial para la formación de la autoestima del niño que éste se sienta escuchado. Para ello hay que demostrarle nuestro interés y que lo que cuenta es importante para nosotros. Cuando nuestro hijo esté contándonos algo debemos prestarle toda nuestra atención, minimizar las distracciones y hacerle preguntas o comentarios que demuestren nuestro interés. Si el niño no habla por sí solo, debemos crear ocasiones para ello e invitarle a hacerlo.
No es suficiente con escuchar sin más. Hay que intentar comprender qué quiere decirnos el niño, ponernos en su situación e intentar entender sus sentimientos. No le des la solución a sus problemas si él no te lo pide. Escúchalo, compréndelo y guíalo para que encuentre la solución por sí mismo.