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Afrontamos el fin de las vacaciones, ¿Te apuntas?

adaptación

¡Se acaban las vacaciones, siento una “nube gris en mi cabeza”!.

Afrontar fin vacaciones. Volver a la rutina

El Síndrome postvacacional. Toca afrontar el fin de las vacaciones. Cada vez escuchamos más el denominado síndrome postvacacional, pero… ¿Qué es realmente?, ¿son ciertos los síntomas que acusamos de forma tan intensa?

Muchas personas al abordar el retorno a las rutinas habituales después del período de vacaciones sienten diferentes síntomas, que varían en cada caso concreto. Hay ocasiones en los que la persona puede llegar a presentar síntomas de estrés agudo, y en otras ocasiones la persona solo presentará manifestaciones más leves. Los síntomas comunes son ansiedad, malestar, falta de concentración y descenso del rendimiento, cambios de humor. En casos más extremos incremento de las palpitaciones, sudoración, síntomas cardíacos y respiratorios y puntualmente estrés agudo y/o depresión

El síndrome postvacacional, de acuerdo con los manuales diagnósticos, no dejaría de ser un trastorno de adaptación, es decir, la persona presenta “síntomas emocionales o conductuales” en respuesta a un estresor identificable, que tiene lugar dentro de los tres meses siguientes a la presencia de la situación que provoca estrés. Estos síntomas o comportamientos son clínicamente significativos como se evidencia por un malestar superior de lo que cabría esperar por el factor estresante o por un deterioro significativo de la actividad social o laboral (o académica)”.

¿Como podemos prevenir los síntomas?

Los síntomas descritos anteriormente nos están dando una información muy concreta. La persona presenta una resistencia ante la necesidad de adaptarse a unas rutinas diferentes a las que ha venido haciendo durante un período placentero.

Visto lo visto, el mejor remedio va a ser la prevención. Es muy importante una vuelta progresiva a la rutina y, como norma general, poder disfrutar de motivaciones durante todo el año.

Vamos a ver unos cuantos consejos más para disminuir los efectos del síndrome postvacacional:

A corto plazo:

Es importante que vuelvas de las vacaciones, al menos, dos o tres días antes de incorporarte al trabajo. Poco a poco vas a ir recuperando las rutinas habituales: tu casa, tu barrio, tus actividades habituales. También la nueva estación que se va acercando: menos horas de luz, descenso de la temperatura, etc.

Podemos ir adaptándonos al horario habitual de forma progresiva, por ejemplo, adelantar poco a poco la hora de acostarnos y levantarnos una semana antes del regreso al trabajo, para que la vuelta a la rutina laboral sea más suave.

Primer día de trabajo. Es importante que planifiques los primeros días sin agobiarte. Marca objetivos y metas pequeñas, se realista. Ves aumentando día a día el volumen de trabajo y no te olvides de establecer prioridades para las tareas. Si es posible, primero las más agradables, ya que tendrás una satisfacción inmediata. También, ajusta la jornada, vuelve antes a casa e intenta dormir algo más de lo habitual. En todo caso, sonríe!

Y una vez en el trabajo, intenta organizar y planificar los primeros días. No te agobies, márcate metas alcanzables, sé realista, haz un poco más cada día y establece un orden de prioridades para las tareas pendientes. Empieza por lo más grato. No te dejes vencer por los ‘inconvenientes’ y sé positivo.

A medio y largo plazo:

La motivación…. Recuerda que las motivaciones nos impulsan a seguir adelante. Habitualmente tienen la fuerza de un parachoques que nos permite superar las dificultades del día a día. No podemos vivir sin ellas. La motivación no es una mochila, que hoy arrastro y mañana no o que alguien tiene que darme. Hemos de tenerla presente siempre, no sólo en vacaciones, por lo tanto durante todo el año hemos de realizar actividades que nos motiven.

La expectativa, las ilusiones… Desear unas vacaciones durante medio año y el resto pasarlo con lamentaciones no parece demasiado positivo. Esta división de “bueno” y “malo” realmente minar tu equilibrio personal.

No vuelques todas tus expectativas en ese período concreto. Planifica actividades que te den bienestar durante todo el año, festivos y días laborables incluidos. Si diariamente tienes actividades placenteras, las vacaciones serán una extensión de ese bienestar, no el salvavidas imprescindible sin el cual no podrías “subsistir”.

En resumen, no olvides incorporar las rutinas de forma progresiva, y que ese “estado placentero-vacacional” se pueda mantener durante todo el año.

Y, con los niños ¿cómo lo hacemos?

afrontar fin vacaciones niños. ¿Cómo los podemos ayudar para volver al colegio pasadas las vacaciones? recuperar la rutina diaria de forma progresiva (comida, sueño, etc.).
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¿Cómo los podemos ayudar para volver al colegio pasadas las vacaciones?

  • El proceso es parecido al que ya hemos explicado: recuperar la rutina diaria de forma progresiva (comida, sueño, etc.). Si la  vuelta la hacemos poco a poco el cambio será menos brusco.
  • Es posible que a la vuelta a clase nuestro peques quieran recuperar su «mascota» y llevarla al cole (manta, muñero, etc.). No te preocupes demasiado. Durante esos primeros días le va a dar más seguridad y consuelo.
  • Los primeros días al iniciar las clases podemos observar un retroceso. Se pueden recuperar  conductas ya superadas: le cuesta más dormir, menos hambre, está más irritable. Es algo habitual y ten en cuenta que pasará pronto.
  • Cuando lleguemos al colegio nos vamos a despedir con naturalidad, no le vamos a mentir (ahora vuelve la mami/papi). Nos despediremos con tranquilidad e intentar transmitir seguridad.
  • Los primeros días le podemos dar «un poco más de atención», tiempo de juego, comidas, para que vea que no ha perdido nada, sino que al volver al cole ha salido ganando.
  • Igual que a los adultos, a nuestros pequeños también les puede costar volver a la rutina escolar, si el proceso se alarga habla con el educador o contacta con un especialista para buscar alguna solución.

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